Los callos y las durezas no son lo mismo. Los primeros son pequeños y tienen un centro desde el que crece hacia el interior en forma de clavo. Suele aparecer en las articulaciones y producen más dolor que las durezas.
Mientras, las durezas son grandes, no tienen núcleo y crecen en la piel produciendo una zona más áspera y con un color amarillento. Las durezas no duelen y no molestan.
Elimina los callos y durezas de los pies
A la hora de reducir y eliminar los callos podemos usar o elementos mecánicos o químicos.
Los procedimientos mecánicos a la hora de quitar los callos de los pies encontramos a:
- Piedra pómez: la solución más clásica para las durezas y callos.
- Lima: es una de las herramientas que encontramos en casi todos los hogares. Existen diferentes tipos y precios. La más habitual es la lima tradicional, aunque hoy en día gana puntos las limas eléctricas que mejoran el proceso de reducción de estas molestias en los pies.
- Corta-callos: es una especie de lima o rasqueta con cuchilla. Es un elemento que no debe usarse a la ligera ya que un mal uso puede generar heridas o infecciones. En caso de que sea necesario llegar a usar este tipo de elemento te recomendamos acudir a un podólogo.
En el caso de los tratamientos químicos nos encontramos el ácido salicílico. Es una sustancia que destruye las células de la superficie de la piel. Esta sustancia la encontramos en numerosos productos y tratamientos que podemos comprar e la parafarmacia.
También lo encontramos en los apósitos para Callos de Compeed. Estas especies de tiritas además de reducir las durezas ayudan a luchar de una forma más competa y cómoda contra estas molestias en la piel de los pies.
¿Durezas o callos en los pies? Ya no más
Las durezas y los callos se pueden evitar si se lleva a cabo un cuidado completo de los pies. Estas medidas son sencillas y están al alcance de todos. ¿Cómo conseguirlo? Ahora te lo explicamos:
- Cuida la higiene de tus pies. De la misma forma que pasa con otras molestias, es necesario contar con tratamientos y productos para la higiene de los pies.
- Usa un zapato adecuado para cada actividad que hagas. Llevar un zapato que no sea adecuado puede generar no solo heridas, rozaduras o callos, sino que puede provocar lesiones en otra parte del cuerpo.
- Hidrata los pies de manera adecuada y diariamente. De esta forma tendrás una piel cuidada y con los activos necesarios para evitar cualquier molestia o imperfección cutánea.